Terapia para adultos
«Buscar ayuda no es un signo de debilidad, es un acto de valentía.»

Regulación emocional
Identificar y manejar nuestras emociones forma parte del proceso de la regulación emocional. La capacidad de ponerle nombre a lo que sentimos, expresarlas, aceptarlas y gestionarlas de forma saludable nos ayudará a poder afrontar las situaciones de la vida diaria, relacionarnos con los demás, solucionar problemas y mantener un mayor bienestar personal.
Todas las emociones son válidas y necesarias, cumplen una función. Por ello, en primer lugar es indispensable conocer la variedad de emociones que hay y cuál es la función de cada una. Así, será más sencillo poder identificarlas y gestionarlas.
Si hablamos de emociones y su regulación, debemos hablar también de los pensamientos y de la interpretación que hacemos de las diferentes situaciones.

Trauma y apego
En ocasiones, experiencias negativas del pasado se quedan con nosotros condicionando nuestra vida. Muchas de ellas están asociadas con el desarrollo del apego pudiendo afectar a la forma en la que nos vinculamos con otros y en la capacidad de regular nuestras emociones.
Ahondar en experiencias pasadas puede darnos una visión sobre cómo influyen en la confianza en uno mismo, la capacidad de resolver problemas, la forma de relacionarnos con los demás y la expresión y regulación de emociones entre otras. Trabajar en ello puede ayudarnos a entender, mejorar y adaptar nuestra forma de funcionar de manera más saludable.

Depresión
La depresión es un trastorno psicológico caracterizado por una alteración en nuestro estado de ánimo. En algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido tristes o melancólicos ante situaciones difíciles. Sin embargo, si la tristeza se prolonga en el tiempo o aumenta en intensidad podemos hablar de que la persona sufre un estado de ánimo deprimido.
SAlgunos de los síntomas más significativos de la depresión son: apatía, tristeza, ganas de llorar, sentimiento de vacío, fatiga, pérdida de apetito, irritabilidad, sentimientos de culpa, insomnio o hipersomnia, desesperanza, pensamiento de autolesión o suicidio, etc.

Ansiedad
La ansiedad es una respuesta adaptativa que nos permite estar alerta ante situaciones que pueden ser amenazantes o peligrosas para el individuo. Todos en alguna ocasión hemos experimentado ansiedad. El problema surge cuando la ansiedad es desproporcionada, aparece con más frecuencia, es más intensa e interfiere en diferentes áreas de la vida diaria.
Los síntomas más comunes que experimenta una persona cuando sufre ansiedad son: taquicardia, sudoración, temblores, hiperventilación, tensión muscular, aumento de la frecuencia cardíaca, presión en el pecho, dolor abdominal, dificultades para concentrarse, mareos, etc.
Existen diferentes tipos de trastornos: Trastorno de ansiedad generalizada (TAG), trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno de pánico, hipocondría o el trastorno de estrés-post-traumático (TEPT).

Autoestima y crecimiento personal
La autoestima es el conjunto de percepciones, evaluaciones pensamientos, emociones, y tendencias de comportamiento dirigidos hacia uno mismo, a nuestra manera de ser. En definitiva, es la evaluación perceptiva de nosotros mismos.
Se va formando desde nuestra infancia y se va consolidando con el aprendizaje a lo largo de nuestra vida. Las personas con baja autoestima suelen tener creencias negativas sobre si mismas, no se sienten valiosas, no confían en sus capacidades, tienen dificultades para tomar decisiones, etc. Todo ello, influye de manera negativa en cómo se sienten y en cómo actúan.

Miedos y fovias
Sentir miedo ante algunos estímulos es normal y necesario para nuestra supervivencia ya que evita que nos expongamos a situaciones peligrosas. Hablamos de una fobia cuando una persona sufre un miedo irracional ante un estímulo o situación que no es peligrosa.
Existen diferentes tipos de fobias: fobias específicas, es decir, miedo a algún elemento en concreto (sangre, insectos, miedo a volar, a las alturas…); fobia social, es un temor excesivo ante diferentes situaciones sociales en las que se interactúa con otros, puede ser evaluado o juzgado por otras personas; o agorafobia, se caracteriza por un miedo intenso a las situaciones o espacios abiertos en los que es difícil escapar o recibir ayuda.

Duelo y pérdidas
Cualquiera de nosotros va a pasar por varios duelos a lo largo de la vida. El dolor que sufrimos ante cualquier pérdida ya sea la muerte de un ser querido, una ruptura de pareja, un despido o un cambio brusco en nuestra vida, a veces, nos hace sentir que no podemos seguir hacia adelante. El proceso de duelo se divide en varias etapas y es necesario pasar por todas y cada una de ellas para que no se convierta en un duelo patológico.

Trastornos de la conducta alimentaria
Las personas que sufren algún tipo de trastorno de la alimentación o de la autoimagen tienen creencias disfuncionales relacionadas con el peso y la figura, insatisfacción corporal, aislamiento social, conflictos familiares, comportamientos restrictivos o compensatorios. Además, a nivel emocional, suelen presentar miedos, inseguridades, ansiedad, bajo estado de ánimo o desmotivación entre otras.
Dentro de los trastornos de la conducta alimentaria encontramos diferentes tipos, los más comunes son la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón.
En otras ocasiones, hay personas que no cumplen los criterios asignados a una etiqueta diagnóstica, pero su relación con la alimentación, la figura corporal o el peso es desadaptativa y les genera malestar. En estos casos, es igual de importante trabajar en aquellos aspectos que puedan estar evitando a la persona mantener una buena calidad de vida.

Psicología perinatal
Es una rama de la psicología que se centra en acompañar, prevenir, apoyar e intervenir en la salud mental de las mujeres y de la familia en el proceso de concepción, embarazo, parto y postparto.
Todo este proceso puede ser muy complejo a nivel emocional, gestionar la incertidumbre, miedos o dudas no es fácil. A lo largo de las diferentes etapas es muy común sentirse como en una montaña rusa, sentir multitud de emociones es normal, pero en ocasiones su manejo puede ser complicado. Sentirse acompañada en este proceso puede beneficiar la experiencia en sí, gestionar mejor la incertidumbre o beneficiar el vínculo entre los padres y con el bebé.

Estrés y burnout
El estrés es un fenómeno que se presenta cuando las demandas de la vida se perciben demasiado difíciles o no tenemos los recursos suficientes para afrontarlas.
Si a menudo nos vemos sobrepasados por las exigencias o los cambios que se producen de forma constante en nuestra vida, es probable que aparezcan una serie de síntomas físicos (dolores de cabeza, falta de apetito, fatiga y cansancio, insomnio, problemas intestinales), cognitivos (dificultades de concentración, atención y fallos en la memoria) y emocionales (angustia, nervios, irritabilidad, tristeza).

Habilidades sociales
Las habilidades sociales son un conjunto de habilidades verbales y no verbales que nos permiten crear relaciones con los demás y nos ayudan a adaptarnos a las situaciones. Cuando existe un déficit de habilidades sociales, es más probable que entremos en conflicto con las personas que nos rodean y no sepamos gestionar adecuadamente las situaciones. Algunas de estas son: comunicación asertiva, resolución de conflictos, escucha activa, aprender a decir que no oponer límites, hacer y recibir críticas...

Adicciones
Hablamos de adicción cuando existe una dependencia persistente ante una sustancia o conducta. Existen dos tipos: adicciones con sustancias (drogas, alcohol, tabaco, etc.) y sin sustancias o comportamentales (juego patológico, compras compulsivas, adicción a internet, videojuegos o nuevas tecnologías).